Psicología con cero tonterías: Memoria Autobiográfica

Este es un capítulo introductorio de la entrada de la siguiente semana, si tengo tiempo. Mi intención es hablar de un problema en la memoria característico del estado de ánimo deprimido y cómo combatir, en parte, la depresión usando un método indirecto.

Vamos a hablar en esta ocasión de la memoria autobiográfica, más concretamente de la memoria autobiográfica episódica y de la memoria autobiográfica sobregeneralizada, y de su relación con el estado de ánimo deprimido.

Memoria Autobiográfica

La memoria autobiográfica, traduciendo la Wikipedia, es el conjunto de episodios recopilados en la memoria de la vida de uno mismo. A su vez se divide en episódica, que son las experiencias personales sobre objetos, personas y eventos con un marco temporal y espacial concreto; y en semántica o general sobre hechos y el funcionamiento del mundo.

En ambos casos es una memoria explícita, un tipo de memoria que se puede verbalizar, contar a los demás y susceptible de convertirse en una narración.

En algunas personas con problemas emocionales, cuando se recuerda un evento, se recuerda recurriendo a categorías de eventos más que a episodios concretos. En vez de recordar un suceso que sucedió en un momento concreto y localizarlo temporalmente lo cuentan como algo general que suele suceder. Por ejemplo, en vez de recordar una discusión sobre las maletas el primer día de vacaciones justo antes de salir de viaje en coche, recuerdan que se discutió en las vacaciones, así, en general. Puede que se dispare uno de estos mecanismos: un mecanismo de rumiación, un bloqueo para evitar el dolor o una incapacidad de controlar la atención sobre los episodios concretos. De estos tres mecanismos hay bastante bibliografía y la incapacidad para mantener la atención parece que se lleva toda la gloria.

En pacientes con depresión se suele encontrar un déficit atencional bastante grande, además de un déficit ejecutivo. Traduzco: las personas con depresión tienen problemas serios para pensar prestando atención en cualquier tema y se mantienen danzando en la zona abstracta y general de cualquier tema.

Hay algunos teóricos de las técnicas de estudio para estudiantes que hablan de fomentar un ligero estado deprimido para enfrentarse a asignaturas abstractas en las que no hay que tener especial atención por el detalle.

Uno de los errores más grandes que se pueden cometer, sobre esta memoria autobiográfica en deprimidos, es discutir (socráticamente) los episodios. Reinterpretar los episodios añadiendo luz y detalles inventados es un error. Hay bastante evidencia que apunta a que intentar discutir la verdad de un recuerdo provoca un aumento de la emotividad del evento si para hacer dudar del evento abusamos del "y si". Los estudios dicen que simular repetidamente eventos contrafactuales, inventarnos interpretaciones o causas, sólo provoca que el recuerdo sea peor. Por ejemplo, si alguien nos ha pegado un bronca, hacer cábalas sobre si durmió bien, si estaba enfadado de antes... lo único que hace es que el recuerdo tenga mayor emotividad.

La solución al error de aumentar la emotividad con la reformulación, en muchos trastornos del estado del ánimo, pasa por analizar los detalles, volverse puntilloso en los más pequeños detallitos del episodio. En otros trastornos, por ejemplo el estrés post-traumático se recurre a la repetición del recuerdo de forma consciente y controlada hasta que el recuerdo pierde fuerza. Pero no se discute la verdad de un recuerdo, a menos que sea preferible aumentar la carga emocional del mismo.

Memoria Autobiográfica Sobregeneralizada

La memoria autobiográfica sobregeneralizada (MAS), citando la Wikipedia, es la incapacidad para recuperar recuerdos específicos de la propia memoria autobiográfica. En su lugar, se recuerdan eventos repetidos o que sucedieron durante períodos largos de tiempo. Una persona con MAS diría: "cuando estuve de vacaciones el mes pasado", en vez de recordar el incidente aislado [...]. Hay estudios que encuentran correlación entre el MAS y ciertas enfermedades mentales como la depresión y el estrés post-traumático.

¿Y cuánta evidencia hay? La suficiente para, incluso, atrevernos a desacreditar una depresión si se incluyen demasiados detalles en las narraciones. También, las suficientes para que nos pueda llegar a preocupar si un hijo nuestro tiene MAS.

En un estudio que investigaba niños con riesgo de desarrollar depresión por tener madres con depresión encontró que la existencia de MAS sobre eventos negativos era un factor de riesgo, incluso si los niños no tenían historial de depresión.

Otros estudios intentan sacar algo de luz sobre el papel del MAS como predictor del curso de una depresión, encontrando que la presencia o ausencia del MAS antes y durante la depresión parece producir un gran efecto en la gravedad y duración de la depresión.

Así que si tenemos una persona deprimida y vemos, escuchamos, que no localiza temporalmente ni espacialmente sus recuerdos negativos tenemos algo de lo que preocuparnos. Igualmente, si un niño muestra este problema, debemos preocuparnos por el riesgo de depresión y por la gravedad que puede llegar a tener una depresión en una persona que ya tiene como suyo una forma de pensar que empeora los trastornos del estado del ánimo.