sábado, 7 de mayo de 2016

¿Quién llega antes?

Vamos a explicar las dos formas principales de orientarnos. Al menos son las dos formas que los psicólogos más estudian en los laboratorios. Y las voy a explicar recurriendo a dos estudios y suponiendo que lo que dicen en ambos estudios se puede aplicar al mundo real.

No me gusta hacer suposiciones, pero hoy me toca hacerlas. Imaginemos que tenemos un buen montón de taxistas, hombres y mujeres. Y les pedimos que vayan desde un punto de la ciudad a otro, un camino fácil, pero en una ciudad que no conocen aunque miran un mapa antes de salir. ¿Quién llega antes?


Según un estudio de la Universidad de Connecticut llegan más o menos a la vez tanto hombres como mujeres. La primera vez.

Pero, ¿y la segunda vez? Al parecer la segunda vez llegan antes los hombres. Y así pasará durante un tiempo, según los investigadores de Connecticut.

Pero, ¿y al final? Al final ganan las mujeres. O eso dice otro investigador del Wasbah College en Indiana.

Voy a hacer un ejercicio de suposiciones de los que no me gusta hacer. Pero, para explicar las dos estrategias que existen para orientarse tengo que inventarme una historia. Y me gustan las historias más o menos creíbles. Los estudios se hicieron con mapas o entornos simplificados. Muy simplificados. Y vamos a suponer que una ciudad no es más que un mapa simplificado muy complejo. Lo sé, me ha dolido hasta a mí.

Estrategia 1. Mapa de lugares.


Es la estrategia más simple y es la que más fácilmente se puede transmitir. Eso de “métete por esas calles y ponte a buscar una avenida y síguela”, puede parecer muy lioso y poco eficiente, pero funciona (más o menos).
Las instrucciones basadas en esta estrategia serían así, más o menos: Ve hacia el río, que está hacia abajo, cuando veas la torre vas hacia ella y en los bajos del segundo edificio... Pero no se dice hacia dónde hay que girar, nos basamos sólo en ir hacia lugares, uno detrás de otro.

En nuestro cerebro hay un área, el hipocampo, que hace mapas de los sitios donde estamos. Estos mapas ayudan a predecir qué hay después de qué, y hacia qué hay que ir acercándose para llegar al súper. La función más famosa en las que participa el hipocampo es la memoria declarativa. Es la que nos ayuda a contar historias, la que enlaza a caperucita con el lobo pasando por la abuela. Y se encarga, también, de los mapas de lugares.
Es la estrategia preferida por los hombres y es la que primero se aprende cuando llegamos a un lugar nuevo. Requiere mucho esfuerzo porque tenemos que anotar mentalmente las pistas y las claves que nos llevan de sitio a sitio. Al principio es fácil porque sólo son dos rotondas, pero recordar el mapa entero es complicado.
Las mujeres, en los experimentos, no se decantaban directamente por esta estrategia, que es la que les daba la victoria a los hombres. Y retrasaban elegir entre esta estrategia y la siguiente todo el tiempo que podían. Esto las convertía finalemente en las ganadoras.

Estrategia 2. Mapa de hábitos.


La otra zona del cerebro encargada de que nos perdamos lo menos posible por las ciudades es el núcleo estriado dorsolateral. Este cachito de cabeza nos sirve para algo que se llama memoria implícita. Si digo que es la memoria para recordar cómo nos vestimos o cambiamos de marchas en el coche, la de los procedimientos y hábitos nos aclaramos más.
Esta es la zona que no le gusta a los hombres para navegar, y que no le disgusta a las mujeres. Es más lenta, menos eficaz y provoca muchos errores en los primeros intentos. Eso de izquierda, derecha, delante, detrás, tiene su aquel. Pero, al faltar los detalles del mapa uno se pierde pronto.

Estrategia 3. Usamos las dos.


Bueno, casi todos estaremos pensando en que para hacer un mapa de hábitos vendría bien saber cuándo hay que girar. Saber que es la segunda a la derecha después de la fuente parece un conjuro ganador para llegar donde queremos. Hay que ir a la derecha, que forma parte del mapa de hábitos, y es después de una fuente, que pertenece al campo del mapa de lugares.
Gastaremos más energía porque para poder girar a la derecha después de una fuente necesitamos el hipocampo y el núcleo estriado dorsolateral. Un movimiento y un lugar. Y para aprender cualquier cosa es mucho mejor usar cuantas más estrategias mejor. Y es lo que hace que las mujeres del experimento terminaran haciendo mejor los recorridos.

Las mujeres no se adscribían a la estrategia del mapa de lugares desde el principio. Buscaban claves del tipo “dos a la izquierda, dos a la derecha” y lo iban combinando con elementos del paisaje. Es decir, terminaban usando el mapa de lugares añadiendo a los lugares las direcciones hacia las que es mejor girar.

Los hombres iban buscando lugares hacia los que ir. Mucho más simple, pero requiere orientarse en cada cruce para buscar la siguiente clave. No está mal, no se pierden, pero, al final, las mujeres son más rápidas.

Conclusión.


Adivina qué taxistas prefiero.

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